Palabras Lupita Quintana, directora general de Flora, Fauna y Cultura de México, para anunciar el hito de los 20 millones de tortugas protegidas por el Programa de Conservación de Tortugas Marinas Riviera Maya – Tulum, durante la ceremonia conmemorativa llevada a cabo en Parque Xel-Há el viernes 12 de diciembre de 2025.
Queridas amigas, queridos amigos. Me da mucho gusto poder compartir con ustedes un anuncio histórico para la conservación en México: Tras cumplir 30 años de operación, el Programa de Conservación de Tortugas Marinas Riviera Maya – Tulum celebra que más de 20 millones de crías nacieron y realizaron su recorrido al mar en los campamentos y playas que protege desde 1996.
Primero, quisiera hacer algo de historia…. Cuentan las crónicas del descubrimiento de América que, cuando Cristóbal Colón y sus compañeros de navegación llegaron a tierras americanas, en el año 1492, encontraron grandes cantidades de tortugas marinas en las playas y aguas del Caribe. Así lo escribió Colón en su diario: “eran tan numerosas que parecían cubrir la playa …. y tan grandes como una mesa”. Y agrega uno de sus cronistas: “eran tantas que parecía que se podía caminar sobre ellas”. Lo cierto es que las tortugas marinas eran muy, muy abundantes en la cuenca del Caribe antes de la llegada de los europeos.
Sin embargo …. esos años marcaron el inicio de una gran explotación de las tortugas marinas, que desde entonces fueron cazadas intensamente por su carne, sus huevos y su caparazón, además de que se podían transportar vivas como alimento en los largos viajes entre América y Europa. Así, en los siguientes cinco siglos, tanto por lo anterior como por otras causas como la destrucción de sus hábitats y la contaminación de los mares, las poblaciones de las hasta entonces milenarias tortugas marinas se fueron diezmando drásticamente, llevándolas al borde de la extinción.
Es por eso que hoy es un día de doble celebración: no sólo festejamos haber llegado a la cifra de 20 millones de crías de tortugas marinas que nacieron e hicieron su recorrido al mar en las 13 playas de anidación que nuestro Programa de Conservación ha protegido por tres décadas; sino que, y más importante, celebramos el enorme esfuerzo que desde hace varias décadas hacemos no sólo nosotros, sino infinidad de programas e iniciativas de protección a las tortugas marinas, con el fin de revertir las cifras y lograr sacarlas de las listas de amenazadas o en peligro de extinción.

En esta historia de esfuerzos debemos hacer honrosa mención al Centro de Investigaciones de Quintana Roo (CIQRO), institución pionera en la conservación de las tortugas marinas en Quintana Roo, de quien en 1996 el Parque Xcaret tomó la estafeta y operó el programa hasta 2002, año en que nuestra organización, Flora, Fauna y Cultura de México, lo tomó en sus manos, siempre con el respaldo económico y logístico de Grupo Xcaret, para ampliarlo y diversificarlo, así como para fortalecer alianzas con otras empresas (principalmente hoteles con playas de anidación), instituciones, organizaciones y miembros de la sociedad civil.
Actualmente, el Programa se ha convertido en una referencia nacional e internacional, generando año tras año un relevante impacto en distintas líneas de trabajo:
- Protección y conservación de playas, hembras, nidadas y crías
- Investigación
- Sensibilización y educación ambiental
- Capacitación técnica, asesoría e incidencia pública
Hoy, aquí en el hermoso Parque Xel-há, con el que operamos de manera conjunta uno de nuestros campamentos tortugueros, nuestro Programa celebra no sólo el haber alcanzado la cifra histórica de 20 millones de crías protegidas que realizaron su camino al mar desde 1996, sino 30 años de operación ininterrumpida.
Treinta temporadas se dicen fácil, pero no siempre han sido fáciles. Leonel Gómez, nuestro Jefe de Campamentos Tortugueros, ha vivido cada una de ellas. Él sabe muy bien que la conservación es tan sacrificada como gratificante.
Hoy, quiero reconocer con toda mi gratitud a los verdaderos protagonistas de esta historia: las tortugueras y los tortugueros, mujeres y hombres que patrullan las playas día y noche, viviendo seis a ocho meses al año en un campamento, entregando su energía y su corazón al cuidado de las tortugas marinas, tanto a las mamás que suben a la playa durante la noche a dejar su descendencia, como a las nidadas y a las crías cuando éstas eclosionan. Gracias a ellos, y gracias también a quienes registran, documentan y convierten esos datos en ciencia, podemos entender mejor a estas especies y dar valor internacional a nuestro esfuerzo.
Felicidades a todo nuestro querido equipo tortuguero: Esthela, Leo, Itzel, Ana, Pepe, Álvaro, Judith, Joel, Tito y Tilo. Su pasión y compromiso nos han traído hasta aquí… y seguro nos llevarán aún más lejos.
Agradezco también a tantos investigadores e instituciones académicas que han colaborado con nosotros y nos han fortalecido, menciono aquí sólo a algunos: los doctores Roberto Herrera y Fernando Muñoz y al Biólogo Rodolfo Raigoza.
Recordamos hoy también a los cientos de colaboradores que ha tenido nuestro programa, así como a los miles de voluntarios de México y de otros países que en algún momento nos donaron su tiempo y talento.
Y por supuesto, gracias a quienes hacen posible la continuidad financiera del programa. En especial, al Arqui y a todo Grupo Xcaret, por creer desde el inicio en esta causa y seguir apostando por ella.
También a hoteles aliados como Nueva Vida de Ramiro, Bahía Príncipe Tulum y su Fundación EcoBahía, Hilton Chemuyil y Grupo Lomas, y a instituciones como CONANP, PROFEPA, IBANQROO, y, por supuesto, al Santuario de la Tortuga Marina Xcacel-Xcacelito, la casa de la mayoría de nuestros tortugueros y voluntarios, Escuela Tortuguera por excelencia.
A los medios de comunicación, mi reconocimiento: su labor de difundir y sensibilizar multiplica nuestro alcance. ¡Gracias por su interés y cobertura!
Para concluir, quisiera destacar que celebrar 20 millones no significa que la tarea esté cumplida. Al contrario: las tortugas marinas siguen en peligro de extinción, y los retos son enormes. Hoy honramos 30 años de trabajo, pero sobre todo renovamos el compromiso de seguir protegiendo a estas especies milenarias tan importantes para el equilibrio ecológico de los océanos y para nuestro patrimonio biocultural.
El futuro de los próximos 20 millones de crías dependerá de todos nosotros: instituciones, empresas, investigadores, comunidad…
Muchas gracias a quienes conforman y soportan este Programa y muchísimas gracias, de todo corazón, a nuestros anfitriones de Xel-Há, que siempre nos reciben con cariño y nos hacen sentir en casa.
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